El Ermitaño vive desde diciembre a marzo en un refugio de la playa Rocoto, en la peninsula de Hualpén.
Desde los 8 años se enamoró de la pesca, cuando acompañaba a su padre.
Lo que sabe se lo debe a él.
Apodado El Ermitaño por los visitantes de la playa, a los cuales les cambia pescado por víveres.
En una de sus invitaciones a pescar me cuenta: “Cuando se es pescador siempre se llega con algo a la casa, con la ganancia o la pérdida”
Encuentra más del trabajo de César en su Instagram. César es parte del colectivo fotográfico Engrudo.
Me pareció intrigante , con ganas de más como de la nada aparecen sus vivencias y relatos excelente trabajo cesar 🤗